Medidas para intentar evitar o reducir el spam

El correo no deseado, conocido como ‘spam’ o correo basura son aquellos mensajes, publicitarios o no, que nos llegan sin haberlos solicitado y que normalmente no tienen ningún interés para nosotros. A menudo llegan incluso en otro idioma y suelen proceder frecuentemente de otros países.

Además de ser una incomodidad en el momento de revisar nuestra bandeja de entrada, este fenómeno es tan elevado que incluso representa un riesgo desde el punto de vista medioambiental por el consumo energético que requiere. Se calcula que diariamente se envían varios cientos de miles de millones de mensajes no deseados.

Y no olvidemos que muchos de estos mensajes esconden intenciones malignas, a menudo intentan engañarnos con mensajes alarmantes del tipo ‘se ha bloqueado tu cuenta de correo’ o ‘se ha bloqueado tu cuenta del banco, confirma tus datos’. Intentan estafarnos o robarnos nuestros datos de acceso personal para suplantar nuestra identidad con el tipo de engaño ‘phishing’. También pueden esconder archivos adjuntos que, al ejecutarlos, nos instala algún programa tipo virus con serias repercusiones.

No recibir correo spam es tarea casi imposible, sobre todo si nuestra cuenta de correo ya tiene algún tiempo y la hemos utilizado activamente, pero unos buenos hábitos pueden ayudarnos mucho y al mismo tiempo actuamos solidariamente con el resto de la comunidad al intentar reducir sus efectos.

Medidas para evitar o reducir el spam

Medidas para evitar o reducir el spam

Medidas preventivas

  • No propagues los correos tipo ‘cadena’. Rompe las cadenas de emails. Todos esos correos que recibimos con mensajes que nos animan a compartir, como que vamos a ser más felices por enviarlo a 20 amigos, lo único que persiguen es recoger el mayor número posible de cuentas de correo válidas para posteriormente inundarlas de spam.
  • Si algún día envías un mensaje a varias personas, utiliza la opción CCO, así, además de ocultar las cuentas de los destinatarios a todos los receptores, evitarás que se propaguen si alguien lo reenvía.
  • Medidas para evitar o reducir el spam

  • Si reenvías un mensaje que te ha llegado de algún amigo, borra el encabezamiento donde vienen las cuentas de correo que utilizó en el primer envío.
  • No escribas tu cuenta de correo en foros, muro de Facebook, tuits, comentarios en blogs ni en cualquier lugar donde el acceso sea público, porque hay programas rastreadores de Internet que se dedican a identificarlas y almacenarlas.
  • No te registres utilizando tu correo en páginas que no parezcan fiables. Quizá te interese tener un email para los amigos y otro para registrarte en foros, juegos, tiendas, etc. Las empresas serias conservarán tu email secreto tras tu registro y si lo utilizan para enviarte publicidad, siempre te permitirán anular la suscripción. Pero hay muchos lugares en Internet poco fiables donde probablemente harán un mal uso de nuestro correo, enviándonos spam y/o vendiendo nuestra dirección a otras empresas. Valora entonces la posibilidad de utilizar direcciones de correo electrónico desechables.

Medidas activas

  • En todos los programas gestores de correo electrónico, así como en las herramientas online dedicadas a esta función, disponemos de una carpeta “spam” donde de vez en cuando aparecen automáticamente correos no deseados. Llegan allí porque los remitentes están clasificados como generadores de spam o su contenido resulta sospechoso. Si queremos ganar en comodidad, colaborar con la comunidad de Internet y reducir la presencia de estos mensajes, debemos clasificar lo que recibimos según sea o no correo deseado. Es recomendable, además de clasificar los ‘no deseados’, comprobar a menudo lo que nos llega a dicha carpeta, por si nos estamos perdiendo algo que nos pueda interesar. Si es así, podemos clasificarlo como remitente seguro para posteriores mensajes. A veces los controles antispam pueden ser demasiado restrictivos y nos limitan correos válidos.
  • Es posible que los correos no deseados los estemos recibiendo de una empresa seria, que pone a nuestra disposición los elementos exigidos por la Ley para cancelar la suscripción fácilmente. No tenemos que soportar sus envíos si ya no estamos interesados y tampoco estaría bien clasificarlos como spam. Suele figurar al final del mensaje la opción para darse de baja. A veces es un enlace a una página donde nos facilitan la cancelación y otras nos indican que podemos responder al remitente con un mensaje donde en el asunto figure la palabra ‘baja’.
  • Si la procedencia del correo es sospechosa y no tenemos ninguna relación con ella, mejor será clasificarla como spam directamente y no intentar la baja de la suscripción, porque en ocasiones, el creador del correo utilizará esta información para confirmar la validez de la cuenta y así seguir enviando mensajes.
  • Algunos antivirus que cuentan con opciones adicionales pueden instalar en nuestros programas de gestión de correo, como Microsoft Outlook o Mozilla Thunderbird, filtros especiales para incrementar nuestra seguridad y una carpeta donde almacenará los correos considerados como spam y peligrosos. Herramientas similares funcionan automáticamente en los gestores online de correo, como Gmail u Outlook.