Aprendiendo a aprender, uso y disfrute de los smartphones

Enseñar es aprender dos veces.
Joseph Joubert

Había una vez, en el libro de la asignatura de Ciencias Sociales de E.G.B., un tema planificado para tratar a final del curso sobre “Educación  y seguridad vial”. Por aquel entonces pocas veces se llegaba a terminar el libro de Ciencias Sociales, y si mi memoria no me engaña, de casi ninguna asignatura lo que implicaba que sólo algunos “privilegiados” llegaban a estudiar el lucrativo tema sobre “Educación y seguridad vial”. Había pasado ya más de un siglo desde que los humanos convivíamos con los automóviles de motor de combustión con gasolina y sin embargo la formación sobre este tema, pese a su importancia, sólo había conseguido llegar a los niños a un relegado tema de final de curso.

Aprendiendo a aprender, uso y disfrute de los smartphones

A lo largo de la historia existen muchos ejemplos que confirman que la educación nunca ha evolucionado al mismo ritmo que los descubrimientos científicos, filosóficos, etc. En un periodo como este, caracterizado por relevantes y frecuentes avances tecnológicos (conquista del espacio, desarrollo de la electrónica, World Wide Web, biotecnología, etc.) es especialmente importante minimizar dicho anacronismo. Hasta que la concienciación y la educación sobre el uso apropiado de las tecnologías no forme parte de la formación reglada es conveniente y, en muchos casos necesario, dedicarle mayor interés y más tiempo a aprender cómo aplicar el sentido común a este ámbito.

Actualmente, TODOS nosotros y a TODAS horas hacemos uso de los dispositivos móviles e internet: smartphone, portátiles, tablets,…, Estas herramientas están tan integradas en nuestra vida que nos resulta muy complicado o casi imposible imaginarnos un día sin ellas. El caso de los smartphones es especialmente llamativo, ¿alguno de vosotros va a dormir sin tener muy cerquita un terminal? ¿Habéis pensado viajar un fin de semana fuera de vuestra ciudad sin el teléfono? Yo RECUERDO haber utilizado despertadores digitales e incluso he utilizado cabinas telefónicas en algún momento de mi vida pero ahora…buff…no sé si me sentiría capaz…

Si focalizamos este artículo en el smartphone como ejemplo ilustrativo del uso que hacemos de este tipo de dispositivos y teniendo en cuenta la frecuente y abrumadora aparición de múltiples e innovadoras aplicaciones (apps) para ellos, parece que es un buen momento para hacer una parada en el camino y reflexionar un poco, ¿deberíamos definir y aplicar un límite para el uso de los smartphone? ¿Cómo saber qué aplicaciones son útiles o necesarias? ¿Cuáles de ellas son seguras? ¿Y recomendables para que las utilicen los niños?…

Educar es complicado en muchos aspectos y más en una materia en la que nadie nos ha formado a nosotros previamente. ¿Cuántas veces hemos seguido mirando el móvil mientras nos hablaba nuestra pareja? ¿Quién no ha recibido un toque de atención por parte de un amigo por no haber contestado a un whatsapp “urgente”? ¿Cuántos de nosotros no ha quedado con sus amigos tras mucho tiempo sin verles y hemos estado más tiempo pendiente de los smartphones que de las conversaciones de la velada? Algunos ya han denominado como phubbing el acto de relegar a quien nos acompaña y prestar más atención al smartphone u otros dispositivos móviles. Dicho esto  parece que en este tema va a ser complicado EDUCAR CON EL EJEMPLO aunque todavía hay esperanza…

Como diría mi abuela “antes de enseñar hay que aprender” por lo que os propongo a continuación algunas recomendaciones que nos pueden servir como referencia para hacer un uso más apropiado de los Smartphone:

  • Dar prioridad a lo que más nos importa, cuando estemos en presencia de los niños prestarles atención.
  • Minimizar el uso del móvil cuando estemos con personas, el tiempo es valioso para todos.
  • Evitar dar noticias importantes o urgentes por aplicaciones de mensajería instantánea, con el smartphone también se puede llamar por teléfono.
  • Consultar y actualizar las redes sociales cuando estemos solos, las redes sociales no sustituyen a las relaciones sociales.
  • Actuar en coherencia con lo que predicamos, si no se puede usar el smartphone en la cena no poner el nuestro presidiendo la mesa.
  • No hace falta llevar el smartphone a todos sitios, los paseos se disfrutan de otra forma sin estar pendiente del teléfono.

En próximos post iremos facilitando algunas aplicaciones que os podrán ayudar a enseñar un uso más inteligente de la tecnología, mientras os animamos a seguir aprendiendo consultando blogs, preguntando a algún compañero friki, haciendo uso de las propias aplicaciones (¿alguien recordaba que suelen traer incorporadas instrucciones?).

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Muitos estudos também creditam a genética um papel importante na hora de definir a aspecto e a presença deste entrave.