La batería es el punto débil de los smartphones

Todo el mundo está encantado con su Smartphone, con todas esas aplicaciones que vienen instaladas y las que además podemos descargar. Se nos presenta un abanico enorme de comunicación y entretenimiento.

Pero lo que también es una sensación común entre todos los usuarios de estos nuevos teléfonos es la escasa duración de sus baterías.

Batería baja

Por un lado es comprensible, comparado con los móviles de antes, los actuales tienen muchas más funciones y pantallas enormes que hay que iluminar.

Pero también es cierto que la tendencia es hacerlos cada vez más finos y ligeros. ¿No podrían hacerlos un poquito más gruesos? A muchos de nosotros no nos importarían unos pocos milímetros más de grosor a cambio de un par de días más de autonomía.

Con un uso moderado, ya es afortunado el que consigue llegar a la noche con algo de carga en la batería de su móvil. Cómo añoro, en ese aspecto, mi antiguo sony-ericsson que podía durar fácilmente hasta una semana.

La batería es claramente uno de los puntos débiles de estos dispositivos. Si te vas a ausentar de casa aunque sólo sea un día, que no se te ocurra dejarte el cargador o cables necesarios para cargarlo, porque seguro que cuando más falta te haga será cuando se apague por falta de batería. Es un verdadero incordio.

Podemos intentar mejorar el rendimiento de nuestras baterías modificando algunos detalles de nuestra configuración y algunos de nuestros hábitos. Siempre sin olvidar que si tenemos un aparato de estos es para disfrutarlo y utilizar todo su potencial, porque de otra manera podemos convertirnos en unos esclavos del móvil y de su configuración.

  • Brillo de la pantalla. Es lo que más consume. Son pantallas muy grandes y necesitan mucha intensidad de luz para que se vean bien en ambientes iluminados. Debemos rebajar el brillo todo lo que podamos. Algunos modelos tienen configurado un ajuste automático que no lo recomiendo porque suelen excederse en el nivel de iluminación y porque el propio sensor consume batería.
    Es cómodo, si se dispone de él, poner un “widget” o icono que permita regular el brillo rápidamente desde la pantalla principal.
  • La conexión 3G. Es la conexión a Internet por medio de la telefonía móvil. Cuanto más utilicemos la transferencia de datos, más consumo. Conviene revisar la frecuencia con la que las aplicaciones se comunican con internet y el número de ellas. Éstas también admiten configuración para reducir la frecuencia de actualización o limitar su actualización a cuando estemos conectados vía wifi.
    Pero lo que consume mucha batería es la búsqueda de red 3G. Por ejemplo, si pensamos viajar en coche, por carreteras que probablemente no tendrán cobertura 3G podemos pensar en desconectarla, puesto que todo el tiempo el teléfono va a estar intentando encontrar red agotando rápidamente la batería. Cuando desconectamos esta red, queda la ‘gprs’ o llamada ‘2G’ en algunos terminales, que también pueden transmitir datos pero de una forma mucho más lenta.
  • El Bluetooth. Principalmente utilizado para el “manos libres” del coche. No es recomendable llevar siempre el bluetooth encendido, es incluso arriesgado por razones de ciberseguridad, Sólo sería razonable en las personas que lo utilizan a menudo porque conducen varias veces al día y deben mantenerse conectados durante su trayecto. No obstante, si eres de los que recibe bastantes llamadas y las contestas conduciendo, no lo hagas nunca sobre el dispositivo directamente. Si crees que no te vas a acordar de activar el bluetooth al entrar en el coche, no lo desactives nunca.
  • El GPS. El sistema de localización por satélite tampoco es necesario conectarlo. En los dispositivos más recientes no es muy importante, porque aunque lo llevemos activado realmente sólo se conecta si algún programa lo solicita. Relacionado con esto estaría el sistema que tienen algunos teléfonos de mandar la localización personal automáticamente y así registrar todas nuestras posiciones, por ejemplo “Google Latitude”. Si no vamos a utilizar esta información, mejor desactivarlo.
  • El Wifi. Los móviles se conectan automáticamente a las redes wifi que hemos configurado. Si sólo utilizamos una conexión, la de nuestra casa, y estamos todo el día fuera de ella, el aparato estará buscando redes wifi constantemente hasta encontrar una a la que pueda conectarse, reduciendo así su autonomía. Hay aplicaciones que permiten programar la activación y desactivación del wifi del móvil dependiendo de la ubicación. Se memoriza y cada vez que lleguemos a casa, automáticamente se encenderá y se apagará cuando nos marchemos, evitando así un malgasto de energía. También podemos hacerlo manualmente mediante el uso de accesos directos a esta configuración.
  • El tiempo de apagado de la pantalla. Podemos reducir el tiempo que el dispositivo permanece con la pantalla encendida hasta que pasa a inactividad por falta de uso. Un tiempo muy corto suele ser molesto porque al menor descuido se apaga, pero uno demasiado largo es un desperdicio de batería. Podemos apagarla manualmente mediante el botón de apagado o algún acceso ‘dimmer’ en pantalla.
  • El flash. A veces podemos olvidar puesto el flash ‘forzado’ en la configuración de fotografía y aunque hagamos fotos con suficiente luz, se encenderá y no lo advertiremos. Recordemos apagarlo o ponerlo en automático.
  • Volumen y vibración. Reducir el volumen de los diferentes avisos sonoros, incluidos los de las teclas y eliminar la vibración si no nos es imprescindible.

¿Estarías dispuesto a comprar un modelo de móvil un poco más grueso si alargara la autonomía considerablemente?