Los menores ya pueden publicar sin restricciones de privacidad en Facebook

Hace aproximadamente un mes que Facebook anunció que los usuarios con edades comprendidas entre los 13 y 17 años iban a ver eliminadas sus limitaciones de privacidad a la hora de publicar un contenido. La medida, como en otras ocasiones, no se implantó en todos los perfiles a la vez y se ha ido extendiendo progresivamente desde los EEUU hasta otros países.

Fue la semana pasada cuando definitivamente aparecieron los cambios en los usuarios de los más jóvenes de nuestro país.

Los menores ya pueden publicar sin restricciones de privacidad en Facebook

A partir de ahora los menores de 18 años ya pueden compartir sus imágenes, textos o lo que quieran con el resto del mundo. Hasta esta modificación, los perfiles de los menores de edad podían compartir, como máximo, con los amigos de sus amigos, de forma que la difusión de sus contenidos estaba limitada a un círculo relativamente conocido y reducido. Ahora ya les aparece la opción ‘Público’.

Es un claro movimiento de Facebook para contentar o convencer a los más jóvenes, usuarios masivos de las redes sociales. Esa falta de restricción en la privacidad es algo que ya encontraban es otras redes sociales de éxito, como Twitter, lo que probablemente ha sido decisivo en la toma de esta decisión. Quieren impedir la fuga de estos usuarios a otras redes, aunque sea a costa de eliminar las restricciones de privacidad.

Facebook argumenta que los adolescentes son precisamente los usuarios más experimentados en el uso de redes sociales y por tanto expertos conocedores de las herramientas disponibles para controlar su privacidad.

Pero el problema es si estos jóvenes son realmente conscientes de lo que les puede acarrear el hecho de compartir de forma pública cierta información. Aunque sepan cómo utilizar las herramientas a su disposición, ¿están preparados para distinguir lo que debería ser privado de lo que es trivial o insignificante? Probablemente no, a esas edades no se tienen claros estos conceptos y suelen argumentar erróneamente que no les importa en absoluto lo que piensen los demás.

Este cambio implica una preocupación añadida. Hasta hoy, los perfiles de los menores eran “invisibles” por el público en general. Solo sus amigos o amigos de sus amigos podían contactar con ellos, lo que reducía en gran medida la posibilidad de relacionarse con gente desconocida. Pero con este cambio, un elemento compartido públicamente que lleve asociada la etiqueta de un menor pone su perfil a la vista de cualquiera y por tanto le abre la posibilidad de recibir solicitudes de amistad de personas desconocidas.

Ante esta “apertura” en el alcance de las publicaciones, es el momento de despertar aún más el sentido de la privacidad de los menores, hacerlos conscientes de lo que supone publicar abiertamente una imagen, vídeo o información personal en general, tanto de ellos mismos como de sus amigos o familiares y enseñarles pautas de seguridad y privacidad en el uso de redes sociales.