Algunas versiones de Whatsapp para Android cuentan con un fallo de seguridad que permite infectar el teléfono al recibir un GIF malicioso.
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) y la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) han alertado a los usuarios de un importante fallo de seguridad en la popular aplicación de mensajería Whatsapp.
La vulnerabilidad estaría presente en teléfonos Android. Concretamente en aquellos que tengan instalada una versión de la aplicación de Whatsapp anterior a la 2.19.244.
Así, los teléfonos que cuenten con esta app estarían en riesgo, pues el fallo de seguridad permitiría infectar los dispositivos tan solo con recibir una imagen GIF maliciosa. Un hecho difícil de detectar por los usuarios, ya que este tipo de archivos son enviados continuamente a modo de recurso gráfico en numerosas conversaciones privadas y en grupo.
Fallo de seguridad en Whatsapp: comprueba tu versión
Para comprobar que tu aplicación tiene el fallo de seguridad parcheado y no es vulnerable debes abrir Whatsapp. A continuación pulsa en los tres puntos y abre la opción Ajustes. Después de esto, selecciona Ayuda. Para finalizar, accede a Info. de la aplicación.
Se abrirá una pantalla que informa de la versión de la aplicación. Si, como decíamos, es posterior a la 2.19.244, significaría que tu teléfono está a salvo de este fallo de seguridad. Si por el contrario tenemos instalada una de las versiones vulnerables, deberíamos acudir a la Play Store y actualizar la aplicación.
De no actualizar la aplicación, nos estaríamos exponiendo a que un atacante nos envíe el GIF infectado. Si lo recibimos, el ciberdelincuente obtendría acceso a las imágenes, vídeos y conversaciones realizadas desde el dispositivo infectado. Además, la infección también podría permitir que el atacante ejecute funcionalidades del teléfono como grabar vídeo o realizar fotografías.
Las actualizaciones, como explicamos en otras ocasiones, son las responsables de tapar los posibles fallos de seguridad en nuestros dispositivos. Por ello es importante que mantengamos los sistemas operativos, antivirus y aplicaciones o herramientas en sus últimas versiones. Retrasar las actualizaciones o cancelarlas solo pone en peligro nuestra seguridad y privacidad.
