Día mundial contra el Grooming. Todo lo que necesitas saber sobre el acoso a menores por parte de adultos en las redes sociales

En el día mundial contra el Grooming explicamos en qué consiste este potencial riesgo para los menores y cómo reconocerlo y denunciarlo.

Día mundial contra el grooming

El Grooming es una de las prácticas a las que ningún padre o madre le gustaría enfrentarse. Sin embargo, es un riesgo potencial para los menores en su uso de redes sociales y otras plataformas interactivas como los juegos online.

Se trata de adultos que contactan con menores con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de una persona menor de edad. Ya sea creándose un perfil falso para ello o haciéndolo con su propia identidad.

Por el Día Mundial contra el Grooming te ofrecemos información completa para reconocer esta práctica, afrontarla y denunciarla.

¿Cómo actúa un ‘groomer’?

El procedimiento más habitual es que el ‘groomer’ se elabore un perfil en el que se haga pasar por chicos o chicas de la misma edad que sus víctimas. De este modo, contacta con ellos y trata de ganarse su confianza a base de conversaciones prolongadas en el tiempo.

Cuando un ‘groomer’ consigue la confianza del menor, pasará a tratar de conseguir fotografías e incluso vídeos. Algunos incluso pueden llegar a pedir que la víctima encienda la webcam. Su objetivo es el de conseguir imágenes de naturaleza sexual.

En cuanto el menor cae en la trampa, el cibercriminal chantajea a la víctima con hacer públicas las imágenes o mostrarlas a su familia y amigos. De este modo, consigue cada vez más material. La consecuencia es que el menor acabe amedrentado y con secuelas psicológicas graves.

¿Cómo saber si mi hijo sufre Grooming?

En una familia en la que se ha creado un ambiente de confianza y se ha advertido de la existencia de estos riesgos, es muy probable que el menor denuncie a sus padres que está sufriendo acoso por parte de un adulto y el problema no llegue a agravarse.

Sin embargo, cuando la víctima está sufriendo chantaje y no tiene suficiente confianza y conocimiento de la existencia de estas prácticas, es probable que se vea sobrepasada y avergonzada y únicamente se lo cuente a algún amigo. O se guarde para sí la situación por la que está pasando.

Ante una situación así, es primordial detectar algunos síntomas como los siguientes:

  • Tiene cambios de humor repentinos o muestra tristeza, apatía o indiferencia.
  • Reacciona de forma agresiva o está en tensión permanente.
  • No se defiende o reacciona de forma exagerada a bromas o comentarios.
  • Ha cambiado su relación con los adultos o su lenguaje corporal ante la presencia de algunas personas.
  • Ha cambiado su tiempo o forma de uso de los dispositivos y de Internet.
  • Altibajos en el rendimiento escolar o faltas a clase.
  • Dificultades para mantener la concentración.
  • Cambio o abandono de sus actividades de ocio.
  • Han cambiado sus hábitos alimenticios.
  • Se oculta cuando utiliza dispositivos para conectarse a Internet.
  • Muestra cambios extraños de amistades o ausencia de ellas.
  • Muestra miedo o se niega ante la idea de salir de casa.
  • Manifiesta enfermedades, dolencias, mareos, diarreas o lesiones físicas frecuentes.

Esta lista de síntomas no pretende ser una guía para detectar que un menor está siendo acosado. Sin embargo, puede servir de punto de partida para reconocer ciertos signos de alarma.

¿Cómo ayudar a un menor que sufre Grooming?

En primer lugar, es importante que la víctima se sienta a salvo entre su familia y cuente con la confianza suficiente para manifestar la situación por la que está pasando.

Si hemos detectado algunos signos de alarma debemos sentarnos y hablar. Si no nos ha contado el problema, trataremos de indagar preguntando por sus recientes cambios y manifestando preocupación por los mismos. Además, le diremos que cualquier cosa que le esté pasando, aunque le resulte vergonzoso o le asuste, nosotros lo solucionaremos porque sabemos cómo hacerlo y que así deje de sufrir.

Cuando el menor nos cuente su problema, le transmitiremos el importante mensaje de que lo que le está ocurriendo no es culpa suya y que haremos todo lo que esté en nuestra mano para terminar con la situación. Si la situación es grave, debemos brindarle apoyo psicológico profesional.

Para denunciar la situación, acudiremos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que inicien una investigación. Pues el Grooming está penado por la Ley con prisión de seis meses a cuatro años. Pero, además, si el cibercriminal tuviese en su poder material pedófilo se le añadiría una pena más, de 3 a 6 años, que se vería incrementada en un tercio si la víctima fuese menor de 13 años.

A la hora de actuar contra el ‘groomer’, es importante no denunciar su perfil en la red social ni borrar las conversaciones, ya que será importante mantener estas pruebas para la investigación. La acción que si podemos realizar es bloquearle para que no pueda ponerse en contacto con el menor. Asimismo, también sería contraproducente tratar de hablar con el ciberdelincuente o increparle. Para acabar con el ‘groomer’, lo mejor es dejarle el trabajo a las autoridades.

Es importante que tengamos en cuenta que con toda probabilidad nuestro hijo no es su única víctima. Por lo que con una denuncia y su posterior detención podríamos desencadenar su detención y el fin del sufrimiento para los menores que el ‘groomer’ estaría acosando.