Uno de los riesgos asociados a las redes de intercambio de archivos P2P, como eMule, es que perdamos el control de nuestros propios archivos personales, es decir, que acabemos compartiendo con el resto del mundo información que guardamos en nuestros equipos y que creemos a salvo.
Los servicios de intercambio P2P se usan en Internet para compartir todo tipo de archivos entre usuarios de todo el mundo. Es un sistema que no necesita que estos archivos estén alojados en ningún ordenador central o servidor, sino que todos los usuarios se comportan como “servidores” de pequeños fragmentos que se intercambian entre ellos hasta completar el archivo entero.
Utilizar estos sistemas está al alcance de todos, aunque la configuración de los programas que lo permiten requiere un conocimiento extra en algunos casos. Realmente no es difícil, además existen infinidad de tutoriales disponibles para lo que necesitemos.
Pero muchos usuarios se aventuran a instalarlos sin leer estos tutoriales o asesorarse mínimamente, pudiendo poner en riesgo todos sus archivos al compartir con la red de usuarios carpetas y archivos personales, como todas sus fotos, vídeos o documentos de cualquier tipo.
Una simple muestra
No hay más que realizar una búsqueda en alguno de ellos, de por ejemplo el término “dni”, para descubrir que hay infinidad de coincidencias de archivos disponibles para la descarga. En Emule, uno de los servicios más conocidos y utilizados por todo el mundo, aparecen 309 resultados al realizar esa búsqueda.
Estos archivos, que cualquiera puede descargar son, con toda probabilidad, imágenes de documentos nacionales de identidad de personas particulares. Las mantienen en sus ordenadores, pero ignoran completamente que los han compartido con todo el mundo.
Configurar las carpetas compartidas
Estos programas, que funcionan tanto en ordenadores como en dispositivos móviles, tienen multitud de apartados que configurar. Uno de los más importantes y que nunca debemos dejar de revisar es el lugar donde escogemos las carpetas con los archivos que queremos compartir.
Si no elegimos bien o simplemente marcamos opciones sin saber lo que hacemos, podemos proporcionar acceso al programa a carpetas con información personal, de forma que todos sus archivos terminarán por estar disponibles en la Red.
Debemos revisar este apartado de la configuración en todos los casos. Veamos como ejemplo dónde encontramos esta posibilidad en uno de los servicios más extendidos.
Directorios en Emule
Debemos hacer clic en la pestaña o apartado ‘Preferencias’ y después abrir el apartado ‘Directorios’.
Solo debemos mantener marcadas las carpetas donde tengamos archivos para compartir. Deberemos abrir los “árboles” de los directorios para comprobar que solo tenemos marcadas las carpetas con información no sensible y que todas las demás permanecen sin marca.
Además de este importante problema que puede surgir a los usuarios poco avanzados de los servicios P2P, existen otros aún más graves y que no debemos dejar de mencionar.
Riesgos de las P2P
Los archivos que circulan por estas redes no son supervisados por nadie, no hay ningún control sobre lo que allí encontramos disponible.
Si no somos cautos, podemos terminar por descargar archivos maliciosos de todo tipo. Por ejemplo, es fácil encontrar archivos con nombres de películas o programas de gran actualidad y que aparentemente muchas personas descargan, pero que realmente son virus de todo tipo. Si los descargamos e instalamos creyendo que son lo esperado, correremos riesgos importantes, como que nos secuestren el ordenador o nos utilicen para el envío masivo de correos sin nuestra autorización.
Pero no solo se esconden virus tras muchas de estas descargas. Tras nombres aparentemente inofensivos pueden ocultarse vídeos peligrosos por su temática, como la pornografía infantil o el enaltecimiento del terrorismo. Si inconscientemente descargamos alguno de ellos, ya podemos ser investigados por compartirlo, con lo que ello supone desde el punto de vista del código penal. Si además lo mantenemos en nuestro ordenador sin ser conscientes de ello (o siéndolo), seguro que terminaremos siendo visitados por alguno de los cuerpos policiales que luchan contra esta lacra de Internet.