Los ataque informáticos por parte de hackers a sitios de Internet están de moda. Es frecuente leer en las noticias que los ciberdelincuentes han burlado los sistemas de seguridad de alguna gran compañía y se han hecho con toda la información guardada en sus ordenadores.
Este tipo de robos, además de suponer un grave perjuicio para las compañías que lo sufren, también pueden afectarnos a todos nosotros como usuarios de servicios Web. Si la información es sustraída de empresas que se dedican a ofrecer algún servicio en Internet – algo muy frecuente en la actualidad – puede contener y de hecho casi siempre es así, la información de nuestras cuentas de correo electrónico y las contraseñas asociadas a cada una de ellas que utilizamos para acceder.





No obstante, existen métodos que podemos utilizar para “espiar” lo que hace el destinatario con nuestro correo. Muchos de los mensajes que recibimos tienen fines comerciales, siendo especialmente en esos casos en los que podemos encontrar con más frecuencia estos sistemas de rastreo.
Los delincuentes informáticos no descansan. En esta ocasión el objetivo son los usuarios de dispositivos Apple.
Los documentos habituales de Microsoft Office, tan de sobra conocidos como Word, Excel o PowerPoint entre otros, pueden llevar incluidos pequeños programas llamados ‘Macros’ que los prepara el autor y que normalmente tienen la función de automatizar algún proceso.