“Conmigo esto de la inseguridad en la red no va.” “A mí es imposible que me engañen por Internet.” Son afirmaciones que seguro que hemos realizado o al menos pensado alguna vez.
La Fundación Alia2 a través de una campaña nos abre los ojos de una manera original y bastante clara. Con un vídeo llamado “Grupo de WhatsApp” demuestran lo fácil que es ganarse la confianza de alguien en la vida real. Una actriz en la puerta de un colegio se hace pasar por madre de un alumno y consigue engatusar en unos pocos minutos a los padres que allí se encuentran. Una vez ganada la confianza de estos, les pide el teléfono para mantener contacto. Engaño conseguido… ¡y cara a cara! ¿Crees que si es fácil engañar en la cara a un adulto no lo es a un menor a través de Internet?
En este blog nunca nos cansaremos de señalar la importancia de la concienciación, especialmente a los menores, pero para ello los padres debéis ser conscientes de los peligros.


A raíz de la finalización de la serie estadounidense Gossip Girl, están aumentando en Internet los medios donde poder escribir de manera anónima noticias sobre los demás. La trama de la serie gira alrededor de un blog que cuenta el día a día de un grupo de jóvenes multimillonarios del Upper East Side en Nueva York, gracias a los cotilleos que mandan los demás.
Uno de los efectos de esta dependencia es que da igual si se está en clase, en el instituto o estudiando, que se está siempre pendiente del móvil. Esto provoca una falta de concentración y de atención en lo que se está realizando bastante importante. Son muchos los niños o jóvenes que están estudiando con el móvil encima de la mesa, a la espera de que alguien les “hable” o pendiente de lo que ocurre en Twitter. Esto es algo que debemos controlar para evitar casos de distanciamiento con las personas, y de la llamada nomofobia (miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil). Existen casos de personas que les cambia el humor, el carácter y la forma de comportarse si no tienen el móvil activo.
Desde luego esto es un ataque directo a la privacidad de la persona que, ante la necesidad de conseguir el puesto de trabajo, puede llegar a ceder sus datos de acceso. Poniéndome en la piel del empresario, el fin es asegurar que la persona a la que vas a contratar es realmente quien dice ser, lo cual resulta, desde cierto punto de vista, algo lógico. No obstante, tanto en este caso como en otros, el fin no justifica los medios. Por un lado porque no se trata únicamente de la intimidad del candidato, sino también de todas aquellas personas con las que éste mantiene una “amistad” en la red social. 
