Desde hace algún tiempo vengo observando en las redes sociales la extraña circunstancia en la que una persona como yo, 46 años y de apariencia normal, tiene “éxito” en las redes sociales. Me invitan a conectar mujeres de todas las nacionalidades conocidas, aparentemente despampanantes y que, en muchos casos, tienen conocidos reales en común.
Es una sensación extraña, lo cual me invita a investigar un poco dada mi condición de empleado de una compañía de ciberseguridad.



Evidentemente, antes de ser padre también fui hijo… y de esos “algo espabilaos” que llevaban a sus padres un poco locos. Nuestras mentirijillas tenían por objeto tener más cromos, ver como llamar por teléfono a nuestros amigos o amigas, salir hasta más tarde o ver programas en la tele de “dos rombos”…
Soy un padre normal con tres hijos normales que todavía son pequeños ya que el mayor tiene solo 9 años. Por lo que hasta ahora no me afectaban los peligros que entrañan las redes sociales e internet, … o al menos eso creía yo.