Existe una situación bastante conflictiva, bastante extraña que hace a los adolescentes pegar un grito, poner cara de asombro o incluso, saltar de la silla: Abrir tu tuenti, encontrarte con una petición de amistad y, para tu asombro, encontrarte con que tu padre, o tu madre, quiere ser tu amigo. La primera reacción de una adolescente es de asombro: Facebook vale, pero tuenti, ¿Para qué querrá mi padre tener tuenti?. Tras las cuestiones, llegan las suposiciones más frecuentes: A ver si se lo ha hecho para vigilarme, o para ver qué hago yo en cada momento. Y por último la gran pregunta final, que no es cuestionarse si se le acepta o no, si no decidir cómo se le explica a un padre que no lo quieres en tu lista de contactos.
Sexting: envío de contenidos con marcado caracter sexual
Actualmente se habla mucho y con razón, de una nueva moda que está en auge entre los más jóvenes usuarios de las nuevas tecnologías.
Se conoce con la expresión “sexting” y consiste en hacerse fotos o vídeos de sí mismos, con alto contenido erótico o sexual y enviarlos a amigos por medio de móviles u ordenadores.
No es propio sólo de jóvenes y adolescentes, también se da en adultos y hay casos conocidos que han afectado a personajes públicos famosos.
Como la posesión de móviles está cada vez más extendida entra la población juvenil, las posibilidades de encontrarnos con casos de sexting se multiplican rápidamente. Además, el uso de las redes sociales facilitan todo tipo de intercambio digital, y todos conocemos el éxito que hoy tienen dichas redes entre nuestros jóvenes.
Pero ¿qué lleva, sobre todo a los más jóvenes, a comportarse de esta manera?