Seguramente ya todos conocemos lo que es un ‘virus de la Policía’, pero por si todavía hay algún despistado, diremos que es un tipo especial de malware que nos bloquea el equipo y nos pide un rescate para liberarlo.
Este tipo de malware se conoce con el nombre de ransomware y engloba a todos aquellos virus que secuestran el equipo y buscan obtener un beneficio económico a través de un rescate, en euros, dólares o bitcoins, y que deberemos pagar para recuperar nuestros datos y el uso normal del dispositivo.
En ordenadores puede llegar a ser muy dañino ya que cifra toda la información que contiene y en ocasiones es imposible su recuperación. Pero en teléfonos Android no suele causar tantos problemas, se limita a bloquear su uso que ya es suficiente problema, pero no llega a dañar o eliminar su contenido.
El virus de la Policía para Android apareció por primera vez ya hace casi un año, pero parece que vuelve a estar muy activo con nuevos métodos de engaño y nuevas versiones.



De un tiempo a esta parte, tenemos un nuevo campeón indiscutible dominando en el universo del malware. En un principio, parecía que sería como cualquier otro virus o troyano a los que ya estamos acostumbrados, pero hemos ido viendo como su poder y popularidad ha ido creciendo de manera exponencial con el paso del tiempo. Hablamos del ya famoso ransomware. Fíjense si es famoso que hasta tiene un papel muy relevante en un capítulo de la última temporada de una conocida serie de televisión (y no vamos a decir más).
Este es el caso típico de las botnets, que normalmente están compuestas por miles de ordenadores y, en el caso de las más grandes, por cientos de miles, que suelen estar diseñadas para obtener información personal, detalles de tarjetas de crédito, datos de contacto como teléfonos y direcciones… sin que sus propietarios sepan que están infectados. Además de los inconvenientes que supone tener un ordenador infectado y que los cibercriminales puedan obtener nuestros datos, existe un problema aún mayor: muchas veces estos equipos se usan para cometer otros crímenes tales como robos de identidad, fraudes, ataques a redes y páginas web, etc.
La misma compañía de seguridad que detectó la primera versión de Selfitime hace unos cuatro meses ha descubierto y divulgado la aparición de una nueva versión mucho más agresiva a la que han denominado
Para bien más que para mal tenemos una gran amalgama de utilidades a nuestro alcance repartidas por Internet y demás vías de comunicación. En la mayoría de ocasiones optaremos por trastear un poco en los buscadores de internet y otro par de clics de ratón después tendremos múltiples resultados aparentemente satisfactorios sobre aquello que andábamos buscando, como por ejemplo: nuestra aplicación favorita para editar imágenes, un programa que convierta ficheros de vídeo a audio y así poder descargar tonos en nuestro teléfono, el último single de “Lady Gaga” vía descarga directa, etc. Otras veces directamente se lo pediremos a un amigo que amablemente nos lo proporcionará en un CD-Rom, DVD o Pendrive.
