Las redes peer to peer (P2P) o redes de igual a igual nos permiten descargar archivos de otros usuarios al mismo tiempo que los cedemos para que otros, a su vez, los descarguen. Aunque su uso se ha extendido enormemente por toda la red, no todo el mundo sabe que estos sistemas de intercambio de información tienen sus riesgos.

Además de la descarga más que probable de algún virus o de la posibilidad de compartir involuntariamente con todo el mundo archivos nuestros personales, uno de los riesgos más preocupantes que conlleva este tipo de descargas es su estrecha relación con la pornografía infantil. A través de estas redes se intercambian archivos con nombres aparentemente inocentes pero que realmente esconden vídeos o imágenes de este tipo.

Pero en las últimas semanas hemos conocido varios casos impactantes de esta naturaleza en los que tanto los afectados como los autores eran menores de edad. Algo del todo inimaginable hasta hace muy poco tiempo. El acceso habitual de los menores a las nuevas tecnologías y la proliferación de dispositivos conectados a Internet hace que surjan nuevas situaciones de riesgo de las que en muchos casos desconocemos su repercusión.
La estrategia utilizada por estos acosadores en la mayoría de los casos es fingir ser una persona de la misma edad, adquiriendo confianza con el tiempo y poco a poco incitar al menor a exhibirse vía webcam. También pide fotos y realiza intercambios, aunque por supuesto, las fotos que él comparte son falsas. Se aprovecha de la inocencia y falta de experiencia del menor para engañarle y más tarde manipularle.