Ya lo hemos comentado en otras entradas, las cámaras web de nuestros ordenadores y demás dispositivos conectados a Internet son un peligro para nuestra privacidad y por tanto, para nuestra seguridad.
Desde su presencia generalizada en los ordenadores han surgido múltiples problemas relacionados con la inseguridad en la red que hasta entonces no existían. La información que es capaz de dar una cámara es enorme, a veces unos pocos segundos bastan para transmitir información de lo más comprometedora, y pensemos que además la persona que la recibe puede grabarla.
Es origen de varios de los problemas comunes en Internet y conocidos por todos como el sexting y el grooming. Podéis saber acerca de estos términos leyendo nuestras entradas anteriores.
La cámara web de nuestro PC, portátil, tablet, smartphone, etc es utilizada por los diferentes programas para mostrar nuestra imagen o lo que queramos, en directo y través de Internet. Es muy útil para mantener video-conferencias o video-chats de forma que podemos estar viéndonos mientras hablamos o mostrando algo de nuestro alrededor. La utilidad de la webcam es indiscutible y es del todo recomendable disponer de ella por las ventajas que nos aporta.


Los peatones tecnológicos ni ven ni oyen, son como ‘zombis’ deambulando por aceras y calzadas sin prestar atención a nada de lo que les rodea. Completamente ensimismados tropiezan con otros peatones, con farolas o árboles, cruzando calles sin mirar, caen en zanjas, fuentes o vías de metro… A menudo tenemos noticias relacionadas con accidentes más o menos graves causados por distracciones de peatones.