Dispositivos tan personales e íntimos como las vídeo cámaras que venden para la vigilancia a distancia a los bebes deberían ser diseñados por sus fabricantes a prueba de hackers y extremando su seguridad.
Pues parece que de momento no es así. Una investigación llevada a cabo en USA por especialistas y publicada en Rapid7, ha desvelado hasta 10 vulnerabilidades importantes en las 9 diferentes cámaras comerciales que han analizado.






Estas aplicaciones podrán llevar a cabo el cometido para el que se han diseñado siempre que puedan utilizar los diferentes elementos que componen el teléfono, como la cámara, el micrófono, los sensores GPS, etc.
Este es el caso típico de las botnets, que normalmente están compuestas por miles de ordenadores y, en el caso de las más grandes, por cientos de miles, que suelen estar diseñadas para obtener información personal, detalles de tarjetas de crédito, datos de contacto como teléfonos y direcciones… sin que sus propietarios sepan que están infectados. Además de los inconvenientes que supone tener un ordenador infectado y que los cibercriminales puedan obtener nuestros datos, existe un problema aún mayor: muchas veces estos equipos se usan para cometer otros crímenes tales como robos de identidad, fraudes, ataques a redes y páginas web, etc.

