Habrá quien lea esto y ya haya terminado sus vacaciones de verano y pensará que ‘lo que va delante…” Nosotros vamos a ser más tradicionales y tendremos nuestras vacaciones en el sufrido mes de agosto.
Por eso en los próximos días no veréis nuevas entradas, pero un mes pasa volando y en septiembre volveremos con nuevas noticias y comentarios que esperamos os interesen a todos.
Quizá sería buena idea que durante estos días que estamos alejados de nuestras obligaciones profesionales y estudiantiles hiciéramos un esfuerzo por acercar posiciones entre los nativos digitales y los inmigrantes digitales.
Los nativos podrían ayudar a entender todo este mundo a algún padre/madre despistada o remolona y, por qué no, a algún abuelo/a que sólo necesitan un pequeño empujón para empezar a utilizar las herramientas más sociales de la red.
Y los inmigrantes también deberían hacer un esfuerzo por conocer en la medida de lo posible lo que hacen sus hijos, aprender todo eso que nos aporta internet y principalmente las redes sociales, sus ventajas y sus inconvenientes o riesgos.

Esencialmente consiste en disimular nuestra ausencia eliminando pistas y añadiendo otras que indiquen que todavía estamos en casa. Hay que decir a algún vecino de confianza que nos recoja el correo, dejar alguna persiana abierta, utilizar alguno de esos aparatos que se programan y permiten el encendido de una luz interior de forma aleatoria y por supuesto, no contar a desconocidos que nos vamos a ausentar en una determinada fecha.
Recientemente han realizado
Se ha tomado el término ‘cibercondríaco’ para designar a aquellos que buscan información médica únicamente en Internet o la buscan de forma permanente y no acuden o no respetan lo suficiente lo prescrito por su médico. Dan mayor crédito a lo encontrado en los diferentes foros de información que a la opinión profesional de su médico.
Este verano vamos a poder utilizar nuestro móvil en otros países sin miedo a encontrarnos a la vuelta con una factura desorbitada. Hasta el momento, las compañías que nos proporcionaban cobertura al teléfono, voz y datos, en el extranjero podían aplicarnos las tarifas que ellos quisieran, por ello estaba totalmente desaconsejado su uso si no era para casos extraordinarios. Los mayores abusos se producen en el uso de Internet, siendo lo más recomendable anular esta opción del móvil cuando cruzamos la frontera.
Evidentemente, antes de ser padre también fui hijo… y de esos “algo espabilaos” que llevaban a sus padres un poco locos. Nuestras mentirijillas tenían por objeto tener más cromos, ver como llamar por teléfono a nuestros amigos o amigas, salir hasta más tarde o ver programas en la tele de “dos rombos”…
