Quizá a algunas personas les pueda resultar extraño oír hablar de la “herencia digital”, pero es un término que a lo largo de los años va a ir aumentando su presencia con total seguridad.
Hablamos de la información que cada uno de nosotros tenemos en Internet, que es personal y privada, pero que podemos ceder en vida a quien deseemos para que la gestione cuando nosotros ya no podamos utilizarla.
El caso más común quizá sean las cuentas de las redes sociales, donde acumulamos fotos, vídeos, cometarios, conversaciones, amigos, etc., todo un conjunto de información que quedará allí a lo largo de los años sin dueño y sin la posibilidad de ser modificado o eliminado.



Desde que accedemos a los servicios de Google en Internet con nuestro usuario y contraseña, la información de nuestra actividad va quedando almacenada en “la nube”, con la principal finalidad de facilitarnos la experiencia de búsquedas, noticias, publicidad y otras, que desde ese momento aparecen personalizadas.

Todos los teléfonos Android en funcionamiento, que son muuuchos, tienen al menos una cuenta Google asociada, necesaria para su adecuado funcionamiento.
Como cada cierto tiempo, vuelve a ser noticia que los ciberdelincuentes se han apoderado de información personal de forma masiva. En esta ocasión le ha tocado el turno a casi 5 millones de cuentas de Google.
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