El uso de teléfonos y tablets por los niños de la casa es una de las preocupaciones más frecuentes en las familias actuales. Son usuarios activos e insaciables, además aprenden su uso mucho más rápidamente que sus padres, lo que crea una situación difícil de manejar pues a menudo saben más que nadie del hogar acerca de su funcionamiento.
Ante los riesgos conocidos a los que se pueden enfrentar, como contenidos inapropiados para su edad, adicciones a los juegos, uso prematuro de redes sociales, ciberbullying, etc., los padres podemos intentar controlar la situación utilizando aplicaciones de control parental.




Estas aplicaciones podrán llevar a cabo el cometido para el que se han diseñado siempre que puedan utilizar los diferentes elementos que componen el teléfono, como la cámara, el micrófono, los sensores GPS, etc.


La herramienta que podemos instalar en nuestro Android no solo es capaz de localizar otro teléfono, sino que también puede hacerlo sonar aunque esté en silencio, añadirle un bloqueo de acceso adicional e incluso borrar todos sus datos a distancia.