No todo lo que nos llega por las redes es verdad; prevenir la desinformación es también importante para nuestra seguridad. Las exageraciones, bulos y mentiras no sólo nos pueden llevar a caer en estafas, sino hasta poner en riesgo nuestra seguridad física o la de nuestras propiedades.
La mentira tiene muchos nombres: fake news, bulos, camelos, trolas, cancamusa, leyendas urbanas, etcétera. La gente miente. A veces por comodidad o ventajismo, a veces por afán de protagonismo y, a veces, con la intención real de hacer daño. E Internet y, especialmente, las redes sociales, son campo abonado para que estas mentiras se difundan con más rapidez, permanezcan más tiempo y provoquen mayores averías. Las noticias falsas no sólo crean alarma social y enrarecen el ambiente, sino que también pueden hacernos más vulnerables a estafas, a ser manipulados por terceros e, incluso a provocarnos daños físicos, en el caso de los bulos relacionados con la salud, por ejemplo.
Así pues, ¿cómo distinguir la verdad de la mentira? Aunque no hay métodos infalibles para que no nos la den con queso, sí que hay una serie de pistas y de trucos que nos ayudarán a afinar nuestro criterio y a detectar bulos como el mejor de los “factcheckers”.
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