Soy Lupe, una joven de 18 años que ya he colaborado en alguna otra ocasión en este blog y hoy comparto una historia real que me ha ocurrido a mí misma. Aunque no soy la víctima, he sido testigo de un caso que me ha parecido interesante contar por si a alguien le puede servir de ayuda y le “abre los ojos” ante situaciones parecidas que ocurren continuamente en Internet.
Lo que cuento es completamente real y me ha sucedido hace solo una semana. Solo he cambiado los nombres de las personas implicadas para mantener su privacidad.
Hace unos días fui la intermediaria de uno de tantos problemas que se dan a raíz de las redes sociales. Es un problema que se da mucho pero no le das importancia hasta que no te pasa a ti mismo/a. Se trata de la suplantación de identidad y posterior intento de acoso.

Como en la vida real, si somos molestados o somos testigos de que algo no cumple con la Ley, podemos, incluso debemos denunciarlo. En esta enorme red social también tenemos mecanismos para denunciar las conductas que no cumplen con las normas impuestas por los administradores. En principio están pensadas para procurar la seguridad de las personas y conseguir que todos podamos sentirnos cómodos independientemente de nuestros orígenes o creencias.
La semana pasada fue noticia un 
